Marco Antonio Tinoco es uno de los ejemplos de pura superación y de que todo se puede conseguir nazcas donde nazcas.
Este joven de 34 años, nació en Agua Caliente una pequeña aldea de una zona rural de Honduras. Estudio primaria y secundaria en el pequeño colegio de su aldea pero para bachiller tuvo que trasladarse a Tegucigalpa dejando atrás su familia y todo lo que conocía hasta ese momento.
Durante tres años trabajó en una fábrica al mismo tiempo que estudiaba Sociología en la Universidad. En 1997 conoció al padre Patricio con quien comenzó a colaborar en el desarrollo de distintos proyectos entre ellos el colegio Santa Clara o la escuela nocturna para dar la oportunidad a todos aquellos jóvenes hondureños que querían estudiar pero debían trabajar para sacar adelante a sus familias.
En 1998 formó parte del equipo de dirección de la Santa Clara y trabajó de cerca con las madres de la comunidad para implicarlas en la educación de sus hijos.
En 2001 terminó sociología y se trasladó a España para realizar el doctorado en Salamanca. El 28 de abril de este mismo año los presentó.
En su casa su padre no quería que continuase sus estudios cuando era pequeño porque prefería que trabajase en el campo con él. Ahora su propio padre anima a sus otros hermanos a que continuen estudiando.
Entre sus retos se marca continuar trabajando por los demás y mejorando las condiciones de vida de su país, Honduras. Además de ser profesor en la Universidad se plantea acceder a la política en un futuro para poder luchar desde dentro por un cambio real, algo tan necesario en este país.
Para todos aquellos jóvenes hondureños que piensen que no podrán alcanzar aquello que sueñan, Marco Antonio simplemente les dice:
"Honduras es uno de los países más pobres de latinoamérica pero las personas somos las que podemos cambiar esta situación. Lo único que se necesita para lograr aquello que quieres es esfuerzo, valentía y perseverancia"
1 comentario:
Marco Antonio comenzó hace doce años con el P. Patricio y otros tres jóvenes más el proyecto Populorum Progressio, que este año comenzó con 150 estudiantes hondureños de las zonas rurales de todo el país, matriculados desde primaria a la universidad.
Hoy con Liena, su esposa, continúa ayudándonos para descubrir el modo de transformación de la realidad social de Honduras.
¡Gracias Marco Antonio! Tu ejemplo de esfuerzo, perseverancia y valentía nos ayuda a continuar el trabajo de cada día.
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